En lo que a tecnología se refiere, muchas veces nos dejamos seducir por muchas prestaciones con la falsa sensación de que nos van a ser necesarias en algún momento o que podemos incorporarlas en nuestras rutinas de trabajo, pero la realidad es que en más de una ocasión, no llegamos a hacer uso de muchas utilidades, pudiendo ahorrar prescindiendo de algunos extras.
En el caso de las impresoras, antes de adquirir alguno de los variados modelos que encontramos en el mercado, conviene tener bien localizadas las necesidades de nuestra empresa para, así, poder abaratar los costes en base a reducir funcionalidades sin que se reduzca la calidad de los resultados.
Para ello, conviene hacernos previamente algunas preguntas: ¿Uso la impresora para leer más cómodamente los documentos, para poder archivarlos, o por el contrario la necesito para trabajos de artes gráficas?, ¿Mis documentos impresos van bien en un archivador o requieren de encuadernación o mejores acabados?, ¿Trabajo con varios dispositivos conectados mediante cableado o mediante WI-FI?, ¿Imprimo en medidas estándares o necesito grandes formatos?
Responder a estas preguntas nos puede dar una primera pista del tipo de impresora que necesita nuestra empresa. Si hemos respondido en su mayoría a la primera opción, nuestras necesidades van encaminadas a cubrir el trabajo de impresión con una máquina que sea práctica, intuitiva y que ofrezca calidad a buen precio.
En este caso, lo que queremos es una impresora “de batalla”, útil para el día a día, y para ello podemos encontrar en la gama de impresoras en blanco y negro baratas, una solución adecuada a nuestras necesidades sin que el ahorro de coste suponga en ningún momento una pérdida de calidad.
Una impresora multifunción láser para impresión en blanco y negro, para formatos A4 y que disponga de conexión USB de alta velocidad es un buen ejemplo de máquina con funcionalidades para el día a día y prestaciones de primer nivel, como la de imprimir offline mediante pendrive, pero sin opciones más de alta gama que no vamos a amortizar al no encontrarse dentro de nuestras necesidades, lo que se traduce en un coste más asequible y competitivo.
A partir de aquí, podemos plantearnos otras posibilidades, presentes o futuras, que añadir a nuestra impresora, o incluso plantearnos cambiar a otra (de ahí la importancia del renting antes de la opción de compra), pero el paquete “básico” cubre toda necesidad inmediata de lo que esperamos de una buena impresora.
Por otra parte conviene insistir: no debemos temer que, por el hecho de ser un paquete “básico”, la calidad también resulte básica: un fabricante que ofrece distintas alternativas de producto, emplea las mismas calidades para unos que para otros, por lo que lo único que vemos reducido es las funciones y el precio, pero ni mucho menos las calidades finales.
Trackbacks/Pingbacks