Para aumentar el ahorro en las empresas muchas compañías recurren a nuevas formas de financiación y contratación de servicios como es el renting o alquiler de equipos. En una financiación común, además de las cuotas periódicas habría que añadir otros gastos como son comisiones, gastos de gestoría, impuestos, averías, revisiones y mantenimientos…
La situación varía con el renting ya que con ello sólo se paga una cuota fija mensual en la que están incluidos todos los servicios contratados. Para una empresa es una gran oportunidad para ahorrar muchos trámites engorrosos y simplificar la gestión de sus bienes obteniendo además servicios de calidad.
¿Cómo se consigue un mayor ahorro fiscal con el renting?
En Abril ya comentamos en nuestro artículo Las ventajas fiscales del alquiler de impresoras para empresas cómo el renting de equipos puede beneficiar a las pymes y también a las grandes empresas.
Esta forma de contratación de servicios cuenta con un aspecto clave: el contrato. Es clave porque recoge todos los aspectos relacionados con el proceso y por lo tanto deberemos prestarle mucha atención a cada una de las cláusulas y apartados.
El renting no inmoviliza los recursos de la empresa por lo que permite disponer de mayor liquidez y ahorrar recursos. Además este servicio no se refleja en el balance de la empresa permitiéndole una capacidad mayor de endeudamiento en caso de ser necesario.
Se puede decir además que el contrato de alquiler mejora los ratios de endeudamiento, es de fácil contabilidad y gestión, el gasto es controlado, transmite imagen y seguridad. De esta forma, es evidente que el alquiler de impresoras o de todo tipo de equipos o dispositivos supone un mayor ahorro fiscal para las empresas frente a otras opciones como la compra o el leasing.
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